Henri Poincare: Todos sus libros


  • Ciencias E Hipotesis

    Ciencias E Hipotesis

    Jules Henri Poincaré (1854-1912) fue calificado como el matemático más inventivo y universal de su tiempo. Hoy podemos generalizar y decir que todas las edades. No sólo fue un matemático, astrónomo y físico pero la materia teórica en la que hizo numerosas contribuciones, especialmente en la electrodinámica. En este campo llegó a la formulación de una teoría de la relatividad de Einstein paralelo. Como científico, Poincaré estaba profundamente preocupado por los fundamentos y la epistemología de la ciencia y la moral y sus relaciones con la ciencia. Plasma preocupación en muchos ensayos, entre los que la ciencia y HIPÓTISIS, publicado en 1902. Este trabajo se ha convertido desde entonces en pieza clave en dos campos: la filosofía de las matemáticas, por el análisis del razonamiento matemático y manteniendo el principio de inducción completa, y la filosofía de la ciencia, por su presentación y defensa del convencionalismo o doctrina de Poincaré, apoyó los dos modelos de la geometría hiperbólica y una pista de la epistemología evolutiva. Es, en definitiva, un clásico del pensamiento, por ser, siempre es relevante hoy en día.

  • El Valor De La Ciencia

    El Valor De La Ciencia

    El valor de la ciencia es una obra que ha conocido desde su primera aparición en un éxito editorial inusual dentro y fuera de Francia. En sus tres partes se ocupa de las ciencias matemáticas -tiempo, espacio, espacio tridimensional, -Astronomía física, matemáticas, ciencias físicas, análisis matemático y la relación entre la física y, por último, la pregunta que da título al volumen, es decir, la valor objetivo de la ciencia, la posible artificialidad de la misma y su relación con la realidad que aborda. Poincaré, admitió el convencionalismo de la geometría, aritmética y se niega a especialmente para la física; la objetividad de los hechos, con el apoyo de la verificación experimental es necesario, que se apartan de la teoría lingüística cienciay le permite guardar la supuesta disyuntiva entre la validez científica y su utilidad pragmática. El propósito de la ciencia es, sobre todo, saber desinteresado, el logro de la verdad misma; en la medida en que esto es posible, la ciencia puede ser lo que se espera de él también, que es útil.